¿Quien juega en el Nou Camp, quien juega en el Bernabéu?

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¿Quien juega en el Nou Camp, quien juega en el Bernabéu?

Estamos en las puertas de los partidos de vuelta de semifinales de quizás la competición continental mas importante de todos los tiempos, la antigua “orejona” y actual “champions” (todo se anglicaniza, todo se moderniza).

Y surge una duda: ¿quien juega en el Nou Camp, quien juega en el Bernabéu? Pues después del clásico del pasado Sábado, los dos estarán presentes en los dos Coliseos del futbol. Y ¿que me hace afirmar algo así?
Como en el famoso bolero, en el que la frase es “tendrás sabor a mi “los dos estarán con cierta dependencia del daño o beneficio que el tan enconado rival le produjo en el duelo en cuestión.

El Chelsea se enfrenta hoy a un Barcelona+Cristiano+Mou+Pepe…. Lo que es una incógnita es la segunda parte del sumando si les “inmovilizara” o les “impulsara” a ser mejores, a despejar dudas que nunca aparecieron, y que en prácticamente en 72 horas se incrementaron a la enésima potencia.

Los grandes equipos de la Historia (si así se le quiere consagrar) se hicieron grandes, no ganando todo, sino a costa de gestas y proezas, de tropezar y levantarse, de caer y no hundirse. El gran juego mostrado por el Barca durante estos años, quizás no tuvo casi nunca siquiera un mal césped, siquiera un ambiente hostil (hasta el Bernabéu se resignaba) pero fantasmas sobrevolaran el, de manera irónica el bautizado desde el Sábado “Camp Mou”.

Y el Bayern, a quien tiene enfrente? Pues a el Real Madrid+Somos mas grandes que el Barca… quizás influya, donde aparece cierta ventaja es que el que se levanto el Sábado después de años hincando rodilla fue el Madrid, lo que presupone que el “impulso” es, además de pasar, no lo que se podía pensar (mejor no pase el Barca) sino… a ver si pasamos los dos y le volvemos a ganar. Craso error, se debe ganar por ganar, sin mirar por la ventana trasera, cuando menos llegar antes que el tren a la estación de Múnich.

Por eso, amigos entrenadores, sentémonos tranquilamente ante el televisor, acompañados de lo que mas placentero nos haga el disfrute de un partido (en casos ajeno a las afinidades de cada uno) y disfrutemos no solo de las acciones tácticas, sino a valorar la fortaleza de un grupo humano, de un proyecto consolidado, de una ambición desmedida, de un afán de superación y crecimiento… y ¿de cual hablo?

De los dos, lo que espero es que la respuesta no sea… de ninguno.
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